Activando la grasa parda para combatir la obesidad y diabetes


El potencial que tiene la grasa parda (también llamada grasa marrón) para quemar calorías es bastante interesante. Sin embargo, además de la pérdida de peso, esta grasa tiene otras considerables cualidades, por ejemplo, para combatir la diabetes. Las personas con altos niveles de glucosa tienden a tener menos grasa parda, en cambio, aquellas que tienen niveles normales de glucosa poseen más grasa marrón. Lo que estaría indicando que esta grasa desempeña un papel directo en el control de la glucosa.  


grasa parda


Recientemente, un grupo de investigadores encontró que una proteína de la grasa marrón mejora el metabolismo de la grasa blanca. Cuando en el laboratorio quitaron esta proteína a un grupo de ratones, estos comenzaron a gastar menos energía, aumentaron de peso y muchos terminaron desarrollando diabetes.

En otra investigación realizada en la Universidad de Harvard, se transplantó una pequeña cantidad de grasa parda de un grupo de ratones a otros que tenían niveles bajos de esta grasa. Después de ocho semanas, los ratones que recibieron el transplante no sólo estaban más delgados, sino que habían bajado sus niveles de glucosa en sangre y habían reducido la resistencia a la insulina.
En un experimento posterior, los ratones transplantados que fueron puestos bajo una dieta alta en grasas saturadas, tuvieron un menor aumento de peso y un mejor control de la glucosa que un grupo placebo. Una prueba adicional mostró que los ratones del grupo transplantado tenían niveles elevados de diversas proteínas y otras sustancias que son esenciales para el control de la glucosa en sangre.

No menos interesante es la posibilidad de que podamos ser capaces de producir células adicionales de grasa parda en nuestro cuerpo. En un estudio innovador, el mismo equipo de científicos de Harvard identificó las células madre adultas que se convierten en grasa marrón y desarrollaron la manera de extraer estas células y convertirlas en grasa parda. Estos investigadores también están estudiando la llamada “grasa beige”, que difiere ligeramente de la grasa marrón en su fisiología, pero que también quema calorías en forma muy eficaz.


Como aumentar nuestros niveles de grasa parda

Mientras las personas se van haciendo mayores, suelen ganar unos 4 a 5 kilos de peso por década. El hecho de quemar calorías gracias a una mayor activación de la grasa marrón podría ser suficiente para revertir este aumento de peso y ayudar a las personas mayores a mantener el peso corporal que tenían cuando eran adultos jóvenes.
Por su influencia en al aceleración de la actividad metabólica, la grasa parda también podría ayudar a combatir el desaceleramiento metabólico que se produce cuando una persona comienza a hacer dieta, que es uno de los grandes obstáculos para perder peso. Esto no quiere decir que la grasa parda, por sí sola, puede llevar a las personas de un estado de obesidad a un peso corporal ideal, pero la activación de esta grasa, si se combina con ejercicio y dieta, podría hacer una gran diferencia en ayudar a mucha gente con sobrepeso u obesidad a llegar a un peso saludable.


Expone la piel a temperaturas más frías

La manera más eficaz para activar la grasa marrón es exponer su piel a temperaturas relativamente frías. Ocurre que las temperaturas frías envían una señal al cerebro, que a su vez, actúa de dos formas diferentes para estimular la actividad de la grasa parda. Por un lado, al actuar directamente sobre el sistema vascular aumentando el flujo de sangre hacia las reservas de grasa marrón, por otro lado, enviando impulsos nerviosos a las células de grasa parda, lo que impulsa su actividad celular.
¿Cuán frío tiene que ser? Además de estudios realizados con chalecos de agua a 14 °C, también se ha encontrado que estar en una sala a unos 15 °C durante dos horas con ropa de verano estimulará la grasa marrón para quemar un extra de 100 a 250 calorías, dependiendo del individuo.
Un equipo de investigación japonés expuso a dos personas a una temperatura aún más suave, a 18 °C y halló que más de la mitad de los sujetos mostraron signos de activación de grasa parda (en esta prueba los mejores resultados se obtuvieron en personas menores de 38 años, en los mayores de esta edad la efectividad bajó a la mitad).
También se puede activar la grasa parda vistiéndose más ligero con tiempo fresco. Para aquellas personas que están dispuestas a exponerse a temperaturas más frías, incluso ya existen chalecos refrigerados. También se está investigando si la exposición de sólo una parte del cuerpo a temperaturas frías (por ejemplo, una banda de enfriamiento en un brazo o pierna) podría ser suficiente para estimular la actividad de la grasa marrón.

Un punto importante es que se puede aumentar la quema de calorías durante la práctica de actividad física mediante la estimulación de las reservas de grasa marrón, haciendo ejercicios físicos a unos 16 °C o menos. Que su piel esté expuesta mientas hace ejercicio puede ser más beneficioso aún porque la evaporación del sudor se suma al efecto de enfriamiento. Lo que no tiene que hacer es tratar de aumentar la cantidad de sudor por el aumento de calor cuando hace ejercicio, ya que un ambiente más cálido apaga la activación de la grasa marrón.


Los alimentos que pueden activar la grasa parda

Aunque no hay evidencia firme de que algunos alimentos o nutrientes específicos pueden activar la grasa parda, es interesante observar que los radiólogos, que quieren reducir la actividad de la grasa marrón al hacer exploraciones en pacientes con cáncer debido a que el calor generado por la actividad de la grasa marrón hace que un tumor sea más difícil de observar, recomiendan que los pacientes coman un alto contenido en grasas y poca cantidad de hidratos de carbono antes de las exploraciones. Sobre la base de que esto reduce la activación de la grasa parda, se sugiere que el bajo consumo de grasas y un alto consumo de carbohidratos podría impulsar la actividad de la grasa marrón. Además, estudios en animales han encontrado que el melón amargo parece aumentar la actividad de la grasa marrón. Asimismo, el ácido ursólico (una sustancia que se encuentra en buenas proporciones en la cáscara de las manzanas) también parece que activa la grasa parda, además de mejorar la tolerancia a la glucosa. Otros alimentos que contienen ácido ursólico son los arándanos, ciruelas, pasas de uva, orégano, tomillo, lavanda, albahaca y hojas de menta y espino.


Actividad física

Además de lo ya dicho más arriba sobre la actividad física y el frío, también hay que saber que los estudios han encontrado que la irisina, una hormona que el cuerpo produce cuando se hacen ejercicios físicos, trabaja para convertir la grasa blanca en una variación de la grasa beige, que como dijimos, es bastante similar a la parda.

Estos resultados muestran que tanto la grasa marrón como la beige pueden quemar calorías y, aún más emocionante, que los dos tipos de grasa se activan de manera diferente, una con temperaturas frías que inducen a que la grasa marrón se active y la otra con ejercicio físico transformando la grasa blanca en beige. Esto sugiere que es posible activar las grasas saludables para quemar calorías y así reducir la cantidad de grasa blanca almacenada en el cuerpo.


Referencia:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3887508/


6 cosas que hay que saber sobre nuestro sistema inmunológico

Los seres humanos no pensamos mucho en nuestro sistema inmunológico, sin embargo, esta barrera defensiva natural que tiene nuestro cuerpo, nos está liberando de microbios continuamente. Vamos a ver una serie de factores que son importantes de saber.



sistema inmunológico


1.) Las mujeres son más propensas a tener enfermedades autoinmunes

Las enfermedades autoinmunes, como el lupus, la artritis reumatoide o la psoriasis, se producen cuando el sistema inmune comienza a funcionar descontroladamente. De cada cuatro personas que sufren alguna de estas patologías, tres son mujeres. ¿Por qué? Porque, en gran medida, las hormonas sexuales femeninas (estrógeno) son las responsables. Ocurre que les células inmunes del cuerpo tienen receptores de hormonas, y el estrógeno se une a ellos, lo que puede desencadenar la inflamación que hace que el sistema inmunológico se descontrole. Otro problema es que las mujeres pueden tener más de un tipo diferente de linfocito, esto puede desencadenar que los anticuerpos ataquen a sus propios tejidos. Sin embargo, los síntomas de estas enfermedades, por lo general, son más leves en las mujeres que en los hombres.


2.) El intestino está fuertemente ligado al sistema inmunológico

De hecho, alrededor del 70% de las células que componen el sistema inmunológico se encuentran en el tracto digestivo, y son estas células las que nos liberan de la mayor cantidad de toxinas. Por tanto, una de las mejores formas de mantener un sistema inmune fuerte es con una alimentación sana, lo que significa que se deben comer alimentos bajos en azúcar procesada (la azúcar blanca es un depresor del sistema inmune) y gran cantidad de fibra, tales como granos. Esto ayuda a fomentar un microbioma sano, promoviendo el crecimiento de bacterias beneficiosas. Además, podría consultar con su médico acerca de consumir probióticos, ya que algunas investigaciones sugieren que ciertas cepas del Lactobacillus mejoran la calidad de la flora intestinal, por tanto, de nuestras defensas.


3.) Las actividades diarias impactan en el sistema inmune

Muchas actividades que realizamos diariamente tienen un fuerte imanto en nuestras defensas. Por ejemplo, el sexo. Una investigación encontró que los estudiantes universitarios que tenían relaciones sexuales una o dos veces por semana tenían 30% más de inmunoglobulina A (una proteína de la sangre que ayuda a las defensas del cuerpo a liberarse de ciertos gérmenes) que quienes no mantenían relaciones sexuales o quienes las tenían con más frecuencia.
El estrés es otro factor que impacta en el sistema inmune, ya que disminuye la capacidad del cuerpo para manejar la inflamación, por lo que se puede permanecer más tiempo enfermo. El estrés crónico produce cantidades importantes de cortisol, una hormona depresora del sistema inmune.
El sueño también incide en las defensas, las personas que duermen menos de seis horas están más expuestas a ciertos virus, como los que provocan el resfriado. Esto ocurre porque mientras dormimos las células T combaten los virus con mayor eficacia.


4.) La inmunoterapia y el cáncer

Los ensayos clínicos de inmunoterapia están demostrando una gran eficacia en distintos tipos de cáncer: melanomas, linfomas, cáncer de pulmón, entre otros. Sin dudas que la inmunoterapia es el mayor avance desde la quimioterapia, pero a diferencia de esta, que utiliza medicamentos para matar las células cancerosas, la inmunoterapia aprovecha el propio sistema inmune de la persona para luchar contra la enfermedad. Según explica el oncólogo Padmanee Sharma del “Cancer Center” de Houston, uno de los expertos en inmunoterapia a nivel mundial, el sistema inmune tiene una estructura de “encendido” y “apagado”, cuando está encendido no tiene mayores problemas en reconocer y atacar las células malignas, pero cuando se apaga, sencillamente no es capaz de detectar células cancerosas. Un tipo prometedor de inmunoterapia, llamada terapia de inhibidores de punto de control inmunológico, bloquea el “apagado”. No todo el mundo responde a dicha terapia satisfactoriamente, sin embargo, su investigación se encuentra todavía en etapas primarias. A medida que se desarrollen nuevos tratamientos, o que se mejoren los ya existentes, la inmunoterapia puede ofrecer una nueva esperanza para las personas enfermas de cáncer.


5.) El mejor momento para vacunarse contra la gripe

La vacuna contra la gripe es la mejor forma para defenderse de los virus que provocan esta enfermedad. Pero una investigación reciente en el Reino Unido halló que es mucho más conveniente vacunarse por la mañana. En efecto, un estudio realizado por la Universidad de Cambridge encontró que las personas que recibieron las inyecciones de 9 a 11 de la mañana tenían niveles significativamente más altos de anticuerpos un mes más tarde, que las personas que se habían vacunado en el horario de la tarde, concretamente de 3 a 5 de la tarde. Por lo tanto, si se va a dar la vacuna contra la gripe, lo mejor es recibirla en la mañana.


6.) Algunos alimentos pueden ayudar a mejorar el sistema inmune

Existen alimentos que potencian el sistema inmunológico y por tanto mejoran nuestras defensas, veamos algunos.
Las personas con consumieron suplementos de ajo durante tres meses tuvieron menos resfriados que los que tomaron un placebo, según un estudio del año 2014. Otra investigación halló una reducción del 30% en el riesgo de cáncer de colon entre las personas que consumían gran cantidad de ajo, ya sea crudo o cocido.
El consumo de alcohol en forma moderada (una bebida al día) también potencia el sistema inmunológico, sin embargo, su abuso puede causar el efecto contrario, o sea, un debilitamiento de nuestras defensas.
La manzana es una fruta rica en fibra soluble, una sustancia que mejora las defensas. Durante una investigación realizada en la Universidad de Illinois se alimentó con fibra soluble a un grupo de ratones. Lo que los investigadores encontraron fue que los ratones que recibieron la fibra se enfermaron la mitad de veces que los ratones que no recibieron fibra, además se recuperaban más rápido, hasta un 50% más. 
La sopa de pollo contiene carnosina, un aminoácido que ayuda al organismo a combatir ciertos virus (gripe, influenza) en las primeras etapas. Además, está comprobado que tiene un efecto antiinflamatorio suave.


Practicar ejercicio físico con un estado emocional negativo triplica el riesgo de infarto



Una investigación ha encontrado que practicar ejercicios físicos con ira o angustiado eleva considerablemente el riesgo de infarto al corazón. 


ejercicio físico infarto

Un intento de "desahogarse" a través de la práctica de ejercicio triplica el riesgo de un ataque al corazón, esta probabilidad se produce especialmente hasta una hora posterior al ejercicio.

Según los autores del estudio, hacer esfuerzos físicos estando muy molesto o enojado puede resultar dañino para el corazón, tanto el ejercicio aeróbico como anaeróbico. Incluso, la combinación de los dos aumenta el riesgo aún más. La investigación fue publicada en la revista “Circulation” de la American Heart Asosciation y fue realizada por investigadores de la Universidad de McMaster (Canadá).


La asociación fue mucho más fuerte (más del triple de riesgo) para los pacientes que dijeron que habían estado enojados o con algún otro malestar emocional, y al mismo tiempo, participaron en un esfuerzo físico de peso muy exigente.


Los resultados arrojan que ambos factores combinados (esfuerzo físico y malestar emocional) pueden aumentar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, reduciendo el flujo de sangre que viaja al corazón. Esto es particularmente importante en los vasos sanguíneos, ya que estrechados por la placa, podrían bloquear el flujo de sangre conduciendo a un ataque al corazón.

El autor principal del estudio, el Dr. Andrew Smyth, dijo que: "La actividad física regular tiene muchos beneficios para la salud, incluyendo la prevención de enfermedades del corazón, por lo que queremos que esto continúe. Sin embargo, recomendamos que una persona que está enojada o molesta y quiere hacer ejercicio para despejar su mente, que no vaya más allá de una rutina suave normal, y que no realice una actividad físicamente excesiva”.


La investigación

Los científicos analizaron datos de 12.461 personas (ambos sexos) de 52 países, la edad promedio de estos individuos era de 48 años de edad. Todos habían sufrido un ataque al corazón. Además, los participantes completaron un cuestionario sobre los diferentes tipos de síntomas que habían experimentado y las actividades que habían realizado en la hora previa al ataque, para de esta forma poder determinar cuales eran los precursores más comunes de los infartos.

Los resultados mostraron que el 13% (1650 personas) habían estado realizando algún tipo de actividad física vigorosa antes del ataque y que el 14% (1752 personas) estaban enojados o emocionalmente alterados previo al infarto.

Después de analizar miles de referencias cruzadas, los investigadores encontraron que la combinación de ambos factores es particularmente mortal. Obviamente, también se  tuvo en cuenta los efectos de otros factores de riesgo como la edad, el tabaquismo, la obesidad, la hipertensión arterial y otros problemas de salud.

Los ataques al corazón son causados principalmente por la aterosclerosis, la acumulación de placa grasa en las arterias. Cuando el ateroma interrumpe el flujo de sangre hacia el corazón, esto conduce al infarto y a la muerte de una porción del músculo cardíaco. 

Por eso es tan importante que la gente conozca los factores de riesgo de un ataque cardíaco, para poder tomar medidas y así reducir dicho riesgo. Dejar de fumar, mantenerse físicamente activo, mantener un peso saludable y una alimentación sana, son los medidas más recomendadas por los médicos. Ahora deberíamos tener en cuenta un factor de riesgo extra: practicar actividad física en situaciones emocionales adversas.


Referencia:
https://www.eurekalert.org/pub_releases/2016-10/aha-eua100516.php


4 enfermedades que se confunden con la depresión y ocasionan un mal diagnóstico

depresión

Una cita de Mark Twain dice “no es lo que usted sabe lo que lo mete en problemas, es lo que sabe con certeza pero que no es cierto”. O sea, creer en algo incorrecto con todas sus fuerzas. Este tipo de error también puede implicar a su salud.


Un diagnóstico erróneo común

La enfermedad mental es a menudo difícil de diagnosticar, sobre todo porque existen pocas pruebas fisiológicas para ayudar a los profesionales a realizar un diagnóstico. La diabetes se diagnostica mediante un análisis de sangre, un cáncer se puede diagnosticar a través de una biopsia. Sin embargo, la enfermedad mental se diagnostica, en gran medida, a través de comprobación de síntomas auto-reportados. 
Por esta razón, las enfermedades mentales, como la depresión, a veces son mal diagnosticadas. Por ejemplo, una investigación en 2012 de la Universidad de Maryland halló que el 30% de los pacientes diagnosticados con depresión no cumplía los criterios de diagnóstico para dicha enfermedad. Y que sólo el 47% de los casos estaba correctamente diagnosticado. Es decir, muchas personas son diagnosticadas con depresión cuando realmente no la padecen. Lo que ocurre aquí es que el médico puede confundir los síntomas de otra patología. Veamos cuatro enfermedades muy comúnmente confundidas con depresión.


1.) Trastorno bipolar

Al igual que la depresión, el trastorno bipolar implica períodos de decaimientos intensos. Durante estos bajones, las personas experimentan los mismos síntomas que en una depresión. Pueden sentirse sin esperanza, sin valor o incluso con pensamientos suicidas. Pero a diferencia de la depresión, las personas con trastorno bipolar también experimentan períodos buenos, en que se sienten seguros y productivos. A veces esta fase maníaca es tan agradable que las personas con este trastorno son incapaces de reconocer que es parte de una enfermedad, por lo que sólo buscan ayuda durante sus períodos de desasosiego.  
De acuerdo con un estudio de la Sociedad Británica de Psiquiatría, alrededor del 20% de las personas con trastorno bipolar son erróneamente diagnosticadas con depresión y algunas de estas personas tardan más de 10 años en recibir el diagnóstico correcto. Pero reconocer la diferencia entre trastorno bipolar y depresión es de vital importancia debido a que los medicamentos utilizados para tratar la depresión a menudo pueden empeorar los síntomas de trastorno bipolar.


2.) Hipotiroidismo

En esta patología, la glándula tiroides no libera una cantidad suficiente de hormonas. Debido a que estas hormonas son necesarias para diferentes funciones del cerebro y el cuerpo, las personas con este trastorno suelen experimentar fatiga, disminución de la concentración y malhumor, todas características típicas de la depresión. Las investigaciones arrojan que casi la mitad de las personas con algún problema de tiroides no son conscientes de su condición. En cambio, muchos creen erróneamente que su fatiga y pérdida de concentración es producto de un estado depresivo.
Sin embargo, a diferencia de la depresión, las personas con hipotiroidismo son demasiado sensibles a las temperaturas frías y pueden sentir frío todo el tiempo. También son más propensas a experimentar sequedad en la piel, pérdida de cabello y una voz más ronca. El hipotiroidismo puede ser diagnosticado correctamente a través de un simple análisis de sangre, y el tratamiento requiere solamente de una pastilla al día.


3.) Diabetes

Muchas personas pueden desarrollar diabetes tipo 2 y no saberlo. En este caso, pueden encontrarse de repente con una pérdida de peso, sensación de fatiga e irritabilidad creciente. Debido a que todos estos síntomas también se asocian con la depresión, puede ocasionar confusión. Un precursor de la diabetes tipo 2, la resistencia a la insulina, se ha relacionado significativamente con la depresión.
Las personas con esta enfermedad también están en riesgo de padecer una condición llamada “angustia diabética”, que tiene síntomas muy similares a la depresión.
Una investigación del año 2014 encontró que las personas diagnosticadas con diabetes y depresión, experimentaron una reducción en los síntomas de la depresión después de controlar su diabetes. En otras palabras, sus síntomas no se debían a la depresión, sino al estrés de vivir con diabetes.


4.) Síndrome de fatiga crónica

También conocida como encefalomielitis miálgica, esta condición se caracteriza por un cansancio extremo que no tiene una causa aparente. Este síndrome también implica la dificultad para concentrarse, dolor muscular, problemas de sueño, y una vez más, todos son síntomas asociados con la depresión. Es por esta razón que esta patología es mal diagnosticada con tanta frecuencia.
Un estudio publicado en la revista “Journal of Clinical Psychiatry” encontró que el síndrome de fatiga crónica estaba mal diagnosticado en casi el 80% de las personas que la padecían, siendo la depresión el diagnóstico erróneo más común.
Afortunadamente, hay al menos una clara diferencia entre la depresión y la encefalomielitis miálgica, y es que las personas con depresión se muestran desinteresadas en sus aficiones, mientras que aquellos que padecen fatiga crónica pueden querer participar en distintas actividades, a pesar de su falta de energía.


Para terminar...

La depresión es una enfermedad grave que afecta a millones de personas. La mayoría de las personas que son correctamente diagnosticadas con esta condición, les es posible recuperarse con el tratamiento adecuado. Aún así, un diagnóstico erróneo siempre es posible.
Si está recibiendo tratamiento para la depresión, pero no se siente mejor, es probable que tenga un trastorno con síntomas similares. Es ampliamente recomendable antes de comenzar un tratamiento contra la depresión, hacer un análisis de sangre para descartar algunas condiciones con las que se suele confundir, como el hipotiroidismo o la diabetes.


Referencias:
http://care.diabetesjournals.org/content/33/5/1128
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2292451/


Cómo eliminar el acné sin medicamentos

Pensamos en el acné como una parte inevitable de la adolescencia, ya que casi el 80% de los jóvenes lo padecen. Se nos dice que el acné es una enfermedad bacteriana impulsada por hormonas, que debe ser tratada con antibióticos u otros remedios. Es cierto que el acné es una condición hormonal, pero no es algo normal. Esto es lo que las compañías cosméticas y farmacéuticas no quiere que usted entienda: el acné se puede curar simplemente cambiando su dieta. 

acné


Analicemos el acné desde un punto de vista evolutivo. ¿Por qué la naturaleza castigará a los adolescentes con antiestéticos granos y manchas en la cara que pueden ser poco atractivos para potenciales parejas justo en la época que comienza la etapa reproductiva del ser humano? Lo cierto es que el acné no sirve para ningún propósito útil, es más, interfiere con el orden natural de las cosas. Es por ello que no deberíamos desarrollar acné.

Las investigaciones muestran que el acné es inexistente en algunos lugares del mundo, por ejemplo, en ciertas zonas de Japón, en poblaciones originarias de Sudamérica, en esquimales, en islas del Pacífico Sur y en algunas tribus de África. En estos lugares no se observa prácticamente una sola pústula, grano o espinilla en ningún adolescente. ¿A qué se debe esto? Por ejemplo, en la isla de Kitava, en el Pacífico Sur, la dieta está basada en pescado, frutas, cocos y hortalizas. En algunos pueblos originarios de Sudamérica la dieta se basa en yuca, maní, maíz, arroz y caza silvestre. ¿Qué tienen estas dietas que previenen el acné?


Entendiendo el proceso del acné

Paso 1: Prepare el escenario para la inflamación en su cuerpo

Los tipos de grasas y carbohidratos que comemos juegan un papel muy importante en la regulación de un saludable equilibrio entre la inflamación y la cicatrización. En las personas con acné, el sistema inmunológico no está equilibrado y la tendencia apunta mucho más a la inflamación que a la curación.


Paso 2: Tape sus poros

Ciertos alimentos se convierten en hormonas que aceleran la producción de células de la piel. Estas células adicionales se acumulan alrededor de los poros, se juntan y obstruyen sus orificios, dejando atrapadas bacterias en su interior.


Paso 3: Aumente la producción de sebo

El sebo es una sustancia aceitosa que producen los poros, que sirve para suavizar la piel. Las personas con acné producen demasiado sebo, haciendo que la piel se vuelva grasosa. El sebo se acumula en le interior de los poros obstruidos, que se convierten en el alimento para las bacterias atrapadas debajo de la piel, ayudando a que se multipliquen.   

Muchas dietas occidentales están cargadas de alimentos que fomentan los tres pasos anteriores.


Prevenir el acné en tres pasos

Paso 1: Evitar los carbohidratos refinados

Azúcar, harina blanca, jugos de frutas industriales, cereales procesados y otros carbohidratos refinados son los principales culpables de muchas enfermedades, incluyendo el acné. Este tipo de carbohidratos dispara el azúcar en la sangre, generando picos de insulina en el torrente sanguíneo. La insulina es una hormona de crecimiento, por lo que uno de sus cometidos más importantes es el de estimular el crecimiento y la división celular, esto lleva a una sobreproducción de células en la piel
Además, el exceso de insulina eleva los niveles de andrógenos (hormonas masculinas). Los andrógenos están presentes en hombres y en mujeres (normalmente en niveles mucho más alto en hombres). Estos andrógenos también estimulan la producción de sebo.

En un estudio del año 2012, simplemente siguiendo una dieta que sustituía los carbohidratos refinados con alimentos de carbohidratos complejos (harinas no refinadas, frutas, verduras, legumbres, etc.) redujo significativamente el número y la severidad de las manchas en diez semanas.


Paso 2: Bajar (o eliminar) el consumo de lácteos

La leche de vaca y la mayoría de los otros productos lácteos contienen dos tipos de proteínas: el suero y la caseína, que desafortunadamente también estimulan el sistema de crecimiento hormonal en humanos.
Las proteínas del suero de la leche contienen un potente factor de crecimiento hormonal  llamado betacelulina. La betacelulina se une a un receptor de las células de la piel llamado ‘receptor del factor de crecimiento epidérmico’ que impulsa a los folículos de la piel a producir más sebo.


Paso 3: Balance de grasas

Los ácidos grasos Omega-6 y Omega-3 son componentes esenciales del sistema inmune. Los Omega-6 (inflamatorios) crean respuestas inflamatorias iniciales a las infecciones y lesiones. Mientras que los Omega-3 (antiinflamatorio) asume el control cuando es el momento de comenzar a sanar. Los aceites de canola, soja y maíz son muy ricos en ácidos grasos Omega-6. En cambio algunos pescados (salmón, bonito, trucha, etc.) algunas semillas (chía, lino), nueces, maíz, sésamo, hortalizas de hojas verdes, cereales y algas marinas, son ricos en Omega-3.
La mayoría de la gente consume pocos alimentos ricos en ácidos grasos Omega-3 en su dieta normal, por lo que sería buena idea si sufre de acné, consumir algún suplemento.
Ciertas dietas, como la vegana, son particularmente bajas en Omega-3, por lo que se debería tener en cuenta. Otra cosa importante es que no es suficiente con aumentar el consumo de Omega-3, también debe reducir el consumo de Omega-6 para restablecer un equilibrio saludable. 


La dieta y el acné

Comer alimentos sin refinar, evitar los lácteos, basar su dieta en carne, aves, pescados, huevos, verduras y frutas. Esta dieta natural suaviza los picos de insulina y mejora el equilibrio de los Omega 3-6.
Los estudios han demostrado que se puede tardar hasta tres meses con esta dieta para ver una mejora significativa, porque la piel necesita tiempo para recomponerse. 

Un dato a saber es que si usted tiene resistencia a la insulina, es posible que tenga que tener cuidado con todos los hidratos de carbono, no sólo con los refinados.

Si una dieta como la que describimos en este artículo no borra su acné en tres meses, es posible que tenga una sensibilidad a los alimentos no reconocida. En estos casos, los culpables más comunes son los cereales (especialmente el gluten del maíz), legumbres (especialmente soja), nueces y huevos. Para obtener resultados más rápidos, eliminar todos estos y esperar un tiempo, cuando esté libre de acné puede intentar añadir de nuevo un alimento a la vez.
  
Para finalizar, no gaste dinero en tratamientos costosos que no van a la raíz del problema. Si se inclina por una dieta libre de carbohidratos refinados, lácteos y productos ricos en Omega-6, su piel podrá recobrar un aspecto saludable de nuevo.